Cuando enfatizamos nuestra opinión y referencia hace medio año atrás con respecto a los Pishtacos o Naqak, no deseabamos crear una alarma ni menos acudir a un espectáculo supuestamente montado por la policia o para redimirnos y pensar que éstos se llevaron un fiasco, si bien es cierto que el término usado por la Policía Nacional de Perú para muchos pobladores, autoridades locales y gobernantes el término suene alarmante, pues ésta no debe ser novedosa ni menos escandalosa, ya que hasta donde podemos notar directamente o indirectamente se hizo uso de un término correcto tal como referíamos en nuestro post Pishtacos Leyenda urbana o un mito serrano, se define a éste como personas que roban, asaltan a personas solitarias para extraerles la grasa, u órganos con posterior muerte, o darle otro uso que posteriormente explicaremos. Ahora bien si alguna diferencia hay entre la terminologia y las historias que alguna vez nos han contado nuestros antepasados relatandonos que lospishtacos eran hombres altos, de pelo rubio, barbones ojos verdes o azules que vestián con abrigos largos, bajo un eterno sombrero alargado, nos equivocamos pues el termino sigue definiendo los mismo, no dice necesariamente que éstos tengan que ser extranjeros o guardar ciertas características con lo especulado y la fantasia, es decir y en pocas palabras los pishtacos vienen a ser asesinos, personas que matan o estan acostumbradas a hacerlos con alguna finalidad, y cuando hablamos de finalidad nos referimos que no solamente se mata por usar la grasa humana, pudiendo ser el tráfico de órganos, ojos, médula espinal, higado, riñón, corazon, etc, o bien simplemente por cuestión de misticismo o de rituales humanos, y cuando hablamos de estos rituales nos referimos exactamente a la creencia que en muchos lugares del Perú y sobre todo en la cultura andino amazónica los rituales desde épocas antiguas (pre inca e inca) eran habituales o practicados en muchos casos comprobados en las culturas andinas.
Cuando dejabamos pendiente una explicación posterior nos referiamos especificamente al uso o finalidad que se daban a los cuerpos en sí, estas pueden variar de acuerdo a lo convenido o fin, pues no es raro haber escuchado u oido por parte de algún familiar o vecino cercano alguna vez, que en los escampados solitarios aparecían cadáveres mutilados, éstos pudieran haber sido relativamente para algún órgano específico, o de la desaparición sistemática de personas en distintos lugares pero en un mismo ámbito geográfico, siempre con la rara coincidencia de que muy cerca se llevaba a cabo alguna construcción de magnitudes, es vox populi pero a tientas que en los trabajos mineros, grandes estructuras, edificios o puentes, se acostumbra enterrar sobre las bases de éstos a personas vivas, si bien esto puede sonar macabro muy jalado de los pelos, y ateniéndonos a otras perspectivas seguramente nos juzgaran como querer jugar con la imaginación de la gente; y no es raro, ya que en la costumbre andina del tributo a la "pachamama" o "madre tierra" es muy común, esto puede ser considerado para muchos descabellado, pero a tientas y sobre una costumbre tan arraigada muchas personas aún acostumbran hacer éste pago, utilizando para ese fin animales menores ovejas, conejos, perros, cabritos, entre otros y cuando el pago es el tributo es por algo mas grande se han ofrecido y se presume que hasta hoy se ofrecen sacrificios humanos. Por ejemplo no es extraño hablar entre conversaciones muy precavidas a los mineros de la sierra central norte y sur del país sacrificios humanos que realizan las propias mineras, sí señores; gente que vive al ritmo del siglo XXI, pero esto será tema de otro día.
Fantasía o realidad los Pishtacos han estado presente siempre en la cultura andina y peruana.
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